Nace como fruto del encuentro realizado en febrero de 2023 entre representantes de diversos proyectos pastorales, servicios y comunidades eclesiales provenientes de 13 países de nuestra América, abocadas a dar respuesta al sufrimiento de las adicciones.
El fructífero intercambio de experiencias concluyó en este documento, Carta Magna de la nueva PLAPA, en el que se trazan las líneas generales de nuestro proyecto, muy necesario en tiempos en los que preocupa la facilidad al acceso a sustancias, drogas sintéticas, psicofármacos y liberalización de su uso en espacios públicos.
Con respeto al contexto sociocultural de cada país, entendemos que en todo el mundo -y especialmente en Latinoamérica- vivimos en sociedades de consumo atravesadas por la violencia extrema y la pobreza que empuja a situación de calle, el sicariato, la trata de personas, la prostitución y tantas otras realidades que vulneran la dignidad de la persona humana.
Y como las adicciones no son excluyentes de una clase social, sino que todas las clases sociales son afectadas transversalmente por el consumo en alguna de sus formas, hemos constatado que excluir a la persona en situación de consumo no es la solución, aún cuando esta se vuelva conflictiva y violenta. En este sentido la familia es clave: puede ser proveedora o no de herramientas para procesar emociones, fundamentales para los procesos de recuperación, pero también puede favorecer el consumo, desarrollar codependencias, y hasta ser obstáculo en los procesos de recuperación.
En PLAPA propiciamos el enfoque sistémico e integral de la persona en consumo, que implica a la familia, el barrio, la comunidad, la Iglesia, vividos desde la pedagogía del cuidado y el respeto a los derechos humanos y desde el Evangelio, que guía, consuela y convierte los corazones.
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